jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuestiones morales




Con los sentimientos, al igual que tú, me quedo con los de antes.

Certera tu anécdota de las vírgenes dameras o de las que hacían el cuentazo a los maridos o novios bobos, pariguayos o pendejos (¨mamuñones¨) de que perdieron su virginidad montando bicicleta. ¿¡Y e´fácil!?

Todo hecho se juzga según era considerado moral o inmoral en la época en que ocurrió.

Ahora se entiende que la mujer es dueña de su cuerpo, de sus actuaciones, sexuales o no.

Pero para la época de nosotros muchachos, todavía nuestra sociedad duvergense, condenaba como inmoral el que la mujer perdiera su virginidad fuera del matrimonio, es decir, extramatrimonial y sobre todo, no con su futuro marido.

Por eso era noticia en el pueblo, el hecho de que una mujer (generalmente joven), fuera mandada a casa de los padres de ella, rechazada por el marido recién casado (en la luna de miel) por lo que se consideraba la mancha de no ser virgen.

Esto constituía un estigma social para esa mujer joven.

Sobran ejemplos en Duvergé.

No por nada, pero a veces es una terrible vaina cuando ahora, una joven haciendo el amor por decir el nombre de la pareja con quien copula en ese momento, pronuncie excitada, casi en el orgasmo, el nombre de otra pareja anterior.

¡Qué vaina, carajo! Esa diabla estaba concentrada mentalmente en esa pareja. ¡Hacía el amor no con la pareja actual, sino con esa pareja anterior!

Esto los tratadistas de la conducta lo excusan diciendo que son válidas estas fantasías sexuales. ¡Cojollo!

Está claro que el sexo es primordialmente mental. Todo obedece a ese impulso de la mente.

Ya a la cama uno se puede llevar toda la historia sexual de su pareja (tomando en cuenta si ésta ha tenido una vida sexual activa con varios hombres), y viceversa, con todo lo que esto puede o no acarrear desde el punto de vista de la salud.

Esto es una verdad científica, por ende comprobada.

¿¡Qué vamos a hacer primo Manuel Elpidio!?

Ir cónsonos con el tiempo, es mi consejo, protegernos, y recordar que, como dice la canción: ¨Media libra de cadera, no es cadera...¨

Atte.,

Dr. Rafael Leonidas Pérez y Pérez (Rafaelito).